No se trata de una utopía, es que ya se cuenta con tecnologías más limpias a diferencia de las basadas en el petróleo para el transporte; entonces, los gobiernos y por supuesto la empresa vinculada tienen el reto en 40 años en un plan ambicioso para revertir la industria automotriz sin restringir la movilidad ciudadana. Tampoco es altruismo, el petróleo es finito.
Con esta estrategia se reducirían considerablemente las emisiones de CO2 a la atmósfera con el consecuente efecto de invernadero, la meta es reducir al 2050 del 80% al 90% la emisiones que se produjeron en el año de 1990 y le apuestan a las nuevas tecnologías e infraestructuras al romper con la dependencia del petróleo, a partir de un nombre bonito "Plan Eficiencia" a partir de los siguientes criterios:
- Mejorar el rendimiento en cuanto a eficiencia energética de los vehículos en todos los modos. Desarrollar y utilizar combustibles y sistemas de propulsión sostenibles.
- Optimizar el rendimiento de las cadenas logísticas multimodales, cuando otras innovaciones tecnológicas resulten insuficientes (ej. transporte mercancías larga distancia)
- Utilizar de forma más eficiente el transporte y la infraestructura mediante sistemas mejorados de gestión e información del tráfico, logística avanzada y medidas de mercado, como el pleno desarrollo de un mercado ferroviario europeo integrado, eliminación de restricciones en el cabotaje, supresión de barreras en el transporte marítimo de corta distancia, tarificación no distorsionada, etc.
En relación con los vehículos se prevé entren en circulación plena, vehículos eléctricos, con motor de hidrógeno, híbridos y todo lo que el hombre pueda crear en 4 décadas; pero también de fomentar la bicicleta y las caminatas.
El asunto no es un listado de intenciones es un proyecto global concienzudo y estudiado puesto al público como documento final del 28 de marzo de 2011 en el Libro Blanco de Bruselas.
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