El pasado 17 de marzo de 2011 la sonda espacial Messenger apagó sus motores y se puso con éxtito en la órbita de Mercurio, despues de 6 años de haber sido lanzada. El proyecto de la NASA es catalogado como un hito que suma en los avances del conocimiento científico. Durante un año Messenger suministrará valiosa información sobre este veloz planeta.
La sonda se convierte en una extensión más de los ojos de la humanidad, allí estarán las miradas curiosas de los investigadores para descubrir los secretos de este planeta distante en información a pesar de su proximidad y que puede revelar información sobre le creación y evolución de cuerpos similares a la Tierra.
La ventaja comparativa de analizar lo observado es en realidad la fuente de la sabiduría; de unos simples óculos, pasando por telescopios de cualquier especificación hasta llegar a las naves no tripuladas que avanzan por el cosmos como extención de la visión humana. Osho, acierta cuando argumenta que el pecado original no fue la manzana, fue la curiosidad, ese deseo de ver e ir más allá de lo en su momento permitido lo que molestó al creador. Galileo Galilei la ubicó en la primera escala del pensamiento científico.
Lo observado en Mercurio servirá para aumentar la información del universo, pero no en absoluto, para determinar quienes somos y que hay más allá, porque siempre habrá algo nuevo para ver.
La sonda se convierte en una extensión más de los ojos de la humanidad, allí estarán las miradas curiosas de los investigadores para descubrir los secretos de este planeta distante en información a pesar de su proximidad y que puede revelar información sobre le creación y evolución de cuerpos similares a la Tierra.
La ventaja comparativa de analizar lo observado es en realidad la fuente de la sabiduría; de unos simples óculos, pasando por telescopios de cualquier especificación hasta llegar a las naves no tripuladas que avanzan por el cosmos como extención de la visión humana. Osho, acierta cuando argumenta que el pecado original no fue la manzana, fue la curiosidad, ese deseo de ver e ir más allá de lo en su momento permitido lo que molestó al creador. Galileo Galilei la ubicó en la primera escala del pensamiento científico.
Lo observado en Mercurio servirá para aumentar la información del universo, pero no en absoluto, para determinar quienes somos y que hay más allá, porque siempre habrá algo nuevo para ver.
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