miércoles, 9 de marzo de 2011

El Discurso del Rey; o lo que se espera de Nosotros


The King’s Speech, o en su versión para el habla hispana "El discurso del Rey" fue la innegable ganadora en el 2011 de la 83 edición de los premios Oscar, con cuatro premios: mejor película, mejor actor, mejor guión y mejor director. Atrás quedaron los éxitos obtenidos en el año anterior por Avatar, cinta de otra dimensión que no resiste comparación alguna.

Se trata de una película sencilla, sin la dominación de los efectos especiales, que muestra una Inglaterra con todos sus protocolos y formalidades adportas de la participación inminente en la segunda guerra mundial, donde los diálogos y la capacidad actoral de los protagonistas, con un guión impecable que lo ubica dentro del drama histórico, mantienen atento al espectador quien de antemano presume el resultado.

Para mi caso es interesante conocer esa parte de la historia, puesto que en esas épocas el protagonista para los que la vimos a posteriori fue Winston Churchill y más allá con sentido amarillista la relación de Wallis Simpson con el rey Eduardo VIII.

Pues bien, se trata de Jorge VI, el verdadero protagonista quien sufre de tartamudez. En la película se muestra el drama del personaje por lograr comunicarse con fluidez, recurrriendo a terapias de todo tipo hasta dejar de un lado su orgullo y llegar a las ofrecidas por Lionel Logue un logopeda empírico. Pienso que es lo más aleccionante de la historia; cuando se necesita de algo trascendental cualquiera recurrirá hasta lo inesperado, en cada oportunidad con fe se espera sea la definitiva, sometiéndose a situaciondes donde el poder se invierte o donde éste no vale.

La humildad y el tesón en momentos de necesidad son los mejores compañeros, considero es la lección de la Historia; sin embargo, más allá, la idealización de los personajes en todas las épocas es nociva, ¿el ser tartamudo lo hacía menos inteligente?, ¿las biografías oficiales lo reconocerían así o evitarían comentarios al respecto?, ¿un tartamudo declarado no puede gobernar?, entonces un ciego, cojo, manco etc. ¿tampoco?, ¿los grandes hombres deben ser perfectos o parecerlo? No sé. En segundo plano está el ascenso de Alemania a manos de Hitler el que prometió un imperio de mil años. En realidad prefiero toda la vida un tartamudo que a un loco vociferante (ver Claudio por citar un ejemplo).

Lamentablemente así son los roles en una sociedad que le gustan los modelos a los que todos quieren o deben parecerse, donde la imagen es lo que vale y donde ser diferente ya es desventaja. Pues merecidos los premios y larga vida al Rey.

Jorge VI, el verdadero






Banda Sonora - Hablando a la Nación - Sinfonía de Bethoven No. 7

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Blogger