“Del 70 al 80% de la producción mundial de oro se destina a la Joyería con el propósito de satisfacer la vanidad de los hombres y las mujeres, pero desde que supe que para sacar una onza de este metal hay que remover de 70 a 100 toneladas de material, le dije a mi esposa: Jamás vuelvo a regalar oro”.
Gracias a las herramientas de diseño 3D y la imaginación desbordante, es posible juntar la fantasía, ciencia ficción y realidad, en la ideación de estructuras para salvar o mejorar las condiciones de vida del planeta. Esa es la propuesta del arquitecto ruso Alexander Remizov, quien ha diseñado un hotel ecológico flotante. La idea no es nueva, la primera iniciativa si mal no recuerdo es de un arquitecto de la antiguedad llamado Noé quien se inventó un exitoso albergue para animales.
El hotel de Remizov denominado Ark, llegaría a albergar hasta 10,000 personas, su diseño en forma de caracol, sus materiales y aprovechamiento de energías renovables como la solar y eólica, le permitirían ser energéticamente autosuficiente y con un impacto ambiental mínimo. Para lograrlo, dispondría de páneles solares y sistemas de turbinas para aprovechar las fuentes disponibles, sol, aire y mar, tan seguro está de su propuesta que manifiesta puede constrirse antes de cuatro meses, en razón a que los materiales a utilizar para sus 14,200 mts2 son principalmente madera, plástico, acero y tetrafluoretileno más conocido como teflón.
La estrategia según lo explica es simple, el hotel tiene una abertura en el centro donde se aprovecharía el aire, sus ventanales estarían dispuestos como páneles solares y en su interior gracias a su diseño escalonado se mantendría abundante vegetación para mejorar las condiciones ambientales.
